viernes, 6 de noviembre de 2009


Cerrar los ojos, regresar al pasado, vivir de recuerdo y llorar a cada instante por cosas que quizás en realidad nunca fueron es tan fácil. Pero ¿Cuantas veces has intentado sonreír de verdad?, sin fingir ante una multitud, reír por las cosas más sencillas, hacer las cosas por ti misma, pero sobre todo; dejar a un lado esa hipocrecia del mundo y luchar en verdad por que lo uno busca en la vida... Son tan contadas las ocaciones en las que en verdad tenemos oportunidad de guiar nuestras vidas por el rumbo deseado y es ahí donde normalmente siempre equivocamos el camino. La felicidad no es algo que se encuentra la vuelta de la esquina, se construye con el día a día; es un aprendizaje no sólo de las cosas buenas sino también de los malos momentos, de las caídas y decepciones. Cuando en verdad aprendemos de esos errores, nos levantamos y comenzamos de nuevo a tomar el camino sin mirar atrás será entonces cuando la felicidad nos acompañe siempre, sin olvidar que hay que saber reír y no llorar.


No dejemos que un mal momento, nos derrumbe, al contrario saber aprovechar esa metida de pata para darnos cuenta de que estamos cometiendo errores, pero siempre existe la posibilidad de darle vuelta a la paguina y empezar de cero.... no permitas que el llanto opaque el ruido de tu risa.......